El Último Organito (The Last Street Organ)

Lyrics: Homero Manzi
Translation: Felipe & Ayano
Music: Acho Manzi
Recorded by Aníbal Troilo with Edmundo Rivero in 1949

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Español

(Recitado)
Melancólica imagen del último organito,
volverás por los antiguos callejones de barrio,
cada vez que los tangos recuerden al arrabal perdido
y renazcan los hombres las cosas muertas
en el milagro de la evocación.

Las ruedas embarradas del último organito
vendrán desde la tarde buscando el arrabal,
con un caballo flaco y un rengo y un monito
y un coro de muchachas vestidas de percal.

Con pasos apagados elegirá la esquina
donde se mezclan luces de luna y almacén
para que bailen valses detrás de la hornacina
la pálida marquesa y el pálido marqués.

El último organito irá de puerta en puerta
hasta encontrar la casa de la vecina muerta,
de la vecina aquella que se cansó de amar;
y allí molerá tangos para que llore el ciego,
el ciego inconsolable del verso de Carriego,*
que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral.

(Instrumental)

(Unsung part)
Tendrá una caja blanca el último organito
y el asma del otoño sacudirá su son,
y adornarán sus tablas cabezas de angelitos
y el eco de su piano será como un adiós.

Saludarán su ausencia las novias encerradas
abriendo las persianas detrás de su canción,
y el último organito se perderá en la nada
y el alma del suburbio se quedará sin voz.

El último organito irá de puerta en puerta
hasta encontrar la casa de la vecina muerta,
de la vecina aquella que se cansó de amar;
y allí molerá tangos para que llore el ciego,
el ciego inconsolable del verso de Carriego,*
que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral.

English 

(Recited)
Gloomy image of the last street organ,
you will come back through the old neighborhood alleys
each time that tangos remember the lost humble neighborhood
and men revive dead things
in the miracle of recalling them.

The muddy wheels of the last street organ
will come in the afternoon looking for the humble neighborhood,
with a skinny horse and a cripple and a little monkey
and a girls’ choir dressed in percale.

With muffled steps he will choose the corner
where the moonlight and the corner store blend
so they can dance waltzes behind the alcove
the pale marquise and the pale marquis.

The last street organ will go door to door
until he finds the house of the deceased neighbor,
of that neighbor who got tired of loving;
and there he will grind tangos so the blind man can cry,
the inconsolable blind man in Carriego’s verse,
who smokes, smokes and smokes sitting on the doorstep.

(Instrumental)

(Unsung part)
The last street organ will have a white box
and the asthma of the fall will shake its sound,
and its boards will be embellished with angel’s heads
and the echo of its piano will be like a farewell.

The locked up girlfriends will salute his absence
opening the shutters after his song,
and the last street organ will get lost in the void
and the soul of the suburb will be left without a voice. 

The last street organ will go door to door
until he finds the house of the deceased neighbor,
of that neighbor who got tired of loving;
and there he will grind tangos so the blind man can cry,
the inconsolable blind man in Carriego’s verse,
who smokes, smokes and smokes sitting on the doorstep.

He smokes, smokes and smokes sitting on the doorstep.

*Evaristo Carriego (1883-1912) was Argentine poet. Here Manzi is reffering to his poem Has Vuelto.

Has vuelto


Has vuelto, organillo. En la acera

hay risas. Has vuelto llorón y cansado

como antes.
........El ciego te espera
las más de las noches sentado
a la puerta. Calla y escucha. Borrosas
memorias de cosas lejanas
evoca en silencio, de cosas
de cuando sus ojos tenían mañanas,
de cuando era joven... la novia... ¡quién sabe!
Alegrías, penas,
vividas en horas distantes. ¡Qué suave
se le pone el rostro cada vez que suenas

algún aire antiguo! ¡Recuerda y suspira!
Has vuelto, organillo. La gente
modesta te mira
pasar, melancólicamente.
Pianito que cruzas la calle cansado
moliendo el eterno
familiar motivo que el año pasado
gemía a la luna de invierno:
con tu voz gangosa dirás en la esquina
la canción ingenua, la de siempre, acaso
esa preferida de nuestra vecina
la costurerita que dio aquel mal paso.
Y luego de un valse te irás como una
tristeza que cruza la calle desierta,
y habrá quien se quede mirando la luna
desde alguna puerta.

¡Adiós, alma nuestra! parece
que dicen las gentes en cuanto te alejas.
¡Pianito del dulce motivo que mece
memorias queridas y viejas!
Anoche, después que te fuiste,
cuando todo el barrio volvía al sosiego
-qué triste-
lloraban los ojos del ciego.